
La circulación se aceleró con ímpetu, aumentando su destreza, pero a su vez consumió toda su energía en menos de 10 minutos.
La mente acelerada trabajaba sin parar manifestando imágenes y diálogos que no se producían.
El aumento de estímulo visual desencadenaba una mayor viscosidad y brillo en los ojos impidiendo una mejor visión del momento,
La faringe molesta se resecaba renuente a cualquier síntoma de alivio provocando trastornos en el tono de voz y poca fluidez de palabras,
Los músculos y tendones contraídos evitando el adecuado movimiento de las articulaciones, hacia sus acciones lentas y escasas,
Todo quedo inherente, pero ahí estaba su aura, dando señales, desprendiendo colores y brillando cada vez más. Su corazón palpitaba de emoción, abstracto en su único mundo interno, ansioso por salir y darse a conocer tal y como es. Decidió dar un paso de avance demostrar todas sus cualidades.
Sin embargo, ahí estaba ella también, impidiendo su desarrollo, su franqueza, su buen vivir, anulando toda inspiración.
La timidez siempre aparecía dominante e inesperada.
Autora: Ari.